Anita era una brillante mujer
Alta, encantadora y hermosa
Que me hacia ver sus ojos
Casi siempre envueltos en llamas
Dulces piernas, rostro hermoso
Sinuosas manos, atardeceres rojos
Cambiaba de pelo al amanecer
Y no se acostaba hasta volver a nacer
Su sonrisa era un sueño
Su escote mi manera de hacerlo
Sus dedos frágiles mi paraíso
Su culo prieto mi abismo
Anita quería conquistar
A hombres de alta alcurnia
Deseaba enamorar
Con su embriagadora figura
Anita me dijo firma aquí
El paraíso terrenal será tuyo
De repente el paraíso tembló
Pero mi firma permaneció en el anillo
Anita nunca quiso quererme
Pero yo a Anita la adoraba
Y mi corazón roto y sin vida
Desapareció simplemente con Ana
Una noche la encontré
Bebiendo ginebra en un barco
Me quería devolver
mi firma envuelta en quebrantos
Anita ya no era Anita
Se había convertido en un llanto
De desesperación, desengaños,
aunque yo aún soñaba sus labios
Anita fue la mujer de mi vida
La obsesión de un sueño
Mil lágrimas de noches vertidas
Y su corazón mi dueño.
Felicidades David!Es un lindo poema con mucho sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas Gracias, Naty. Besos desde Madrid!!!
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